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Como sabéis soy Carlos Santiago Valverde Duran, aunque prefiero que obvien el Carlos, he vivido en muchos países, uno de ellos Venezuela, y he decidido regalaros con un viaje a mi pasado, para ser precisos, a 22 años de distancia en mi pasado.

[Comienza a sonar la versión de «A Little Help from My Friends» de Joe Cocker]

En esa época apenas había descubierto a Pink Floyd y su maravilloso «rock sinfónico», también creía que existía algo llamado «blade metal», fumaba a escondidas cigarrillos extranjeros comprados en el mercado de las Pulgas, no había decidido si quería estudiar ingeniería en sistemas, psicología o criminalística, y me la pasaba pelado (sin un duro), espera, eso último, sí sigo igual…

Las siguientes fotos han sobrevivido a mil peripecias y viajes de miles de kilómetros, siempre metiditas en su viejo álbum de Foto Japón. No he querido retocarlas a pesar de lo mal tomadas y deterioradas que están porque creo que eso es parte de su encanto.

Parte de la cubierta original del álbum. He tratado de conservar el orden.
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Parte de la cubierta original del álbum. He tratado de conservar el orden que tenían.

Resulta que mi padre, el gran artista Santiago Valverde, hizo un vitral para la capilla del colegio Calasanz de Valencia y los curitas quedaron tan contentos que decidieron admitirme.

Cuando llegue al Calasanz, una escuela sólo para hombres, la mayoría de ellos bastante sifrinos (pijos), pensé… La verdad es que no pensé nada. En esa época me la pasaba en el mundo metafísico, era más inocente que el asa de un cubo y mi autoestima estaba enterrada en el patio de mi casa. Lo normal en una situación así es que tendría que haber sido destruido, o haber claudicado, o parado en un manicomio o peor. Pero me toco en un salón lleno de «desgraciados» nihilistas e inocentes, que aunque al principio me hicieron todas las diabluras enajenadas que se les ocurrieron (Isaac aun me acuerdo de lo de la mochila en la cabeza), resultaron ser unas maravillosas personas y unos grandes amigos.

De ellos los que considero mis mejores amigos y compañeros de desastres, son los Windy.

01 - Best Friends, los Windy: Daniel.
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01 – Best Friends, los Windy: Daniel.
02 - Best Friends, los Windy: German.
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02 – Best Friends, los Windy: German.

03 - Desladilla, pullazo.
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03 – Desladilla, pullazo: Orlando, Daniel, CSVD y Nome Acuerdo (lo siento). Estamos en un «pool» que estaba en los Sauces, al lado del Almacén Japones, no vendían licor por ser de menores. [Gracias Daniel por la información]
He decidido separar el contenido en una serie de artículos para que no sea tan pesado al cargar. En ellos volveré varias veces sobre mi vida en el Calasanz, sobre todo a Daniel. Pero primero hablemos de las chicas que me marcaron en esa época de mi vida, así que…

Sigue con «Mis primitas (adoptivas)«.

 

About Post Author

Santiago Valverde

Soy alegre, algo misántropo, con un ligero toque de humor negro. Me encanta la informática y el diseño gráfico, ir al cine, la música, leer y escribir. Como puedes ver, casi todas mis aficiones son de las que te dejan ciego a los 50, como le pasó a Sabato. He vivido en muchos países, por lo cual tengo un acento llamativo. Soy una persona comprometida con lo que creo, así que no te extrañe que terminemos teniendo charlas inteligentes. Disfruto siendo superficial por un momento pero las personas muy vacuas me aburren. Me gustaría encontrar personas que compartan conmigo el deseo de crear constantemente.
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One thought on “Viajando 22 años en mi pasado: Un ojo de buey fue la entrada al Calasanz

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