Esta película es como darte un banquete de langosta y de postre atorarte de chocolatinas, pasándolas con medio litro de aceite de bacalao, mientras te inyectas nata montada (batida) por la nariz a presión.
Creo que ya todos conocéis muy bien el estilo de Álex de la Iglesia (El Día de la Bestia) y en está película no sólo se reivindica en él, también lo lleva lo más lejos que los medios se lo permitieron. Todo es tremendamente exagerado, nunca puedes concentrarte en los personajes, que hay muchos y muy llamativos, ni en la magnifica fotografía, ni en el entorno histórico.
En esto último está el verdadero error del director, querer usar la película como vehículo para contarnos los eventos más importantes de la historia contemporánea española. Si bien es cierto que le da pie a momentos que marcarán huella en el cine, el que más me gusto (no el mejor, que se da casi terminando la cinta) es cuando un payaso completamente psicótico le pregunta a unos terroristas a cuál circo pertenecen, también es cierto que todos los saltos temporales nos meten la sensación de descoyuntura en la historia.
¿Por qué funcionan los personajes de las historias de Batman? Porque viven en ciudades inventadas y atemporales. De está forma dejas de lado los chistes a lo Forrest Gump y te puedes concentrar en la vida de los personajes.
Por otro lado los actores me parecen que hacen muy buen trabajo, es el tiempo de cámara el que no les ayuda. Los protagonistas también están bien, con mención especial a Antonio de la Torre. Sin embargo he de puntualizar dos cosas que considero importantes a pesar de que no menoscaban la cinta, la primera es que Carlos Areces no se le ve muy a gusto en los momentos dramáticos y, la segunda, a la gloriosa Carolina Bang aun le falta ampliar un poco su abanico de expresiones faciales.
Hablando de esta criatura celestial encarnada, creo que todos los seguidores de Plutón B.R.B. Nero y admiradores de Lorna (la androide científica) seguramente se van a quedar más que a gusto con todo el “fan service” que Álex de la Iglesia le asigna a la hermosa Carolina Bang, muy acertadamente por cierto. Y es que en verdad no me imagino a ninguna otra actriz española que pudiera quedar mejor en el papel de la bella y atormentada Natalia.
En resumen, Balada triste de trompeta es una película que vale la pena ver por muchas razones a pesar de tener también muchos fallos. Es una película realmente hermosa a la par que escabrosa y guarda en su metraje verdaderas perlas a pesar de que la cinta en sí misma no es lo mejor de Álex de la Iglesia.
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