En mi portátil tengo instalado por un lado el GNU/Linux, el que uso constantemente, y por el otro el Windows Vista Home Premium. Pero este último no lo he usado en el ultimo medio año, principalmente porque consume cerca de 900 megas de las dos gigas de memoria que trae el portátil sólo para estar encendido, sin hacer nada más.
El asunto es que hoy se me ocurrió instalar los Sims 2, unas cinco gigas de instalación… ¿Es que en Windows todo es a lo burro? ¿Todo tiene que ser cientos o miles de megas? Bueno, lo divertido es que no hubo forma de jugar a los famosos Sims, porque el susodicho simulador se cerraba sin previo aviso cada vez que intentaba iniciar una partida.
Así que se me ocurre realizar todas esas actualizaciones que se han ido acumulando en estos seis meses. ¡Mala idea! Porque llevo seis horas de peticiones de actualización del sistema, ocho reinicios en total, después de cada uno de los cuales me encuentro siempre de nuevo con el cartelito de que hay nuevas actualizaciones disponibles.
¡Que bárbaro!
Lo que más me molesta es la necesidad constante de reiniciar el sistema. Pero al menos ahora ya me funciona el juego. 😉
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